Celebración por el aniversario de la beatificación de Marcelo Spínola
El 29 de marzo de 1987 en la Basílica de San Pedro a las 9.30 de la mañana, se proclamó oficial y públicamente que Marcelo Spínola es un cristiano cabal. Sí, éste es un modo sencillo de expresar qué es ser santo.
Al santo no lo hacen ni las estampas ni las imágenes ni algunas oraciones; más bien lo desfiguran. Ni siquiera Roma hace al santo. Al santo lo hace la vida, mejor dicho: el santo se hace por su modo de responder a la vida. Muchos modos son éstos, de entre todos, uno coincide con el modo como lo hizo Jesús, el Señor: a esto llamamos ser un cristiano de una pieza, a esto llamamos ser santo. Por eso insisto que, a nuestro hombre, no lo hacen santo ni las estampas ni las imágenes ni las oraciones, ni siquiera Roma. Se hizo santo en la vida gracias a Cristo Jesús, su Señor, en quien todo lo podía, como reza en su lema de obispo. Lo que Roma hizo fue vocear bien alto que ciertamente es así. La Iglesia, voz cualificada que rubrica la veracidad cristiana de su vida.
Nuestra residencia lleva su nombre, SPÍNOLA, y tiene su aire: lo llamamos «estilo de familia». Este aire, este estilo, comporta: relación, alegría, disfrute con las cosas normales, rentabilizar lo sencillo de la vida…, y así es como celebramos siempre este aniversario. Lo llamamos Juegos Spínola, y lo festejamos el sábado más próximo a esta fecha.
Mejor no lo pudimos pasar. Todo a tope: la levantada, el desayuno, los grupos, la gymkana, los juegos, la comida, la música. ¡Todo a tope! En el himno de Marcelo Spínola que escuchábamos por la mañana, oíamos: «…Soñaste con una tierra / cuajada de amor y paz, / pusiste todo tu empeño / para que fuera verdad».
Nuestro modo de celebrarlo respondió a este sueño y a este empeño.
Mª Isabel Macarro Vera, adc
Directora de la residencia universitaria Cardenal Spínola
Directora